SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO

 

CONVIÉRTEME, SEÑOR

 Del ruido, que me impide escucharte,

a la paz que me permite sentirte con nitidez.

De la comodidad, que desfigura mi felicidad

a la sobriedad que necesita mi alma para no perderte

a la belleza interior como camino hacia la perfección

CONVIÉRTEME, SEÑOR

De mi voz, suave y tímida para pregonarte,

a un testimonio vivo ,eficaz y valiente,

para proclamar que, como Tú,

nada ni nadie ha de salvar al hombre

CONVIÉRTEME, SEÑOR

De mi autosuficiencia, orgullo y seguridades

a la humildad para saber y poder encontrarte

CONVIÉRTEME, SEÑOR

De mis apariencias, simples e interesadas,

a la plenitud que me ofrece tu presencia,

real y misteriosa, dulce y exigente,

divina y humana, audible….y a veces silenciosa

Con respuestas….y a veces con interrogantes

CONVIÉRTEME, SEÑOR

Y dame un nuevo corazón para alabarte

Y dame un nuevo corazón para bendecirte

Y dame un nuevo corazón para esperarte

Y dame un nuevo corazón para amarte.

Amén.