PREGÓN
Un día, hace de esto mucho tiempo, tanto como años llevan los hombres sobre la tierra, Adán dijo que se separaba de Dios y le dió la espalda y empezó a caminar por sus propios caminos, no por los que Dios quería. Pero Dios, aunque se enfadó, no se enfadó del todo; prometió visitarle, seguir siendo amigos.
Pasó mucho tiempo y Dios iba rehaciendo su promesa cada vez que los hombres le daban la espalda. Solía entonces enviar hombres llamados profetas, que recordaban a los hombres la promesa de Dios:”Dios vendrá. Preparaos y convertíos”. Este mensaje tuvieron que repetirlo muchas veces. Ya, un día, llegó un profeta, que fué el último antes de la visita de Dios. Se llamaba Juan Bautista. Empezó a gritar: “Que ya está cerca, que ya viene. Arrepentíos”. Y así fue. Una noche, que no sabemos muy bien cuándo fue ni el año ni la hora. Dios nos visitó por medio de su Hijo,Jesús. Los sencillos, los hombres de buena voluntad le reconocieron y se hicieron amigos de El y comenzaron a vivir como El decía.
Desde ese momento, cada vez que se acerca la Navidad, muchos hombres y muchas mujeres de todos los rincones de la tierra vuelven a ponerse en camino hacia Dios y a abrir el corazón a sus palabras.
Nosotros hoy, reunidos aquí, venimos a escuchar la Palabra de Dios y a disponernos a seguir el camino de los hombres que buscan a Dios. Hoy nosotros queremos entar en el tiempo de la espera, el Adviento, y en el tiempo de la escucha del Dios vivo.