Primer domingo de Adviento

Allanad el sendero:

¡Son tantos riscos los que tenemos!

Allanad el corazón:

¡Son tantas las montañas que existen el!

Allanad el pensamiento:

¡Es tan retorcido lo que pensamos!

Allanad el camino:

¡Hay tantos agujeros debajo de nuestros pies!

Vigilad el horizonte:

¡Estamos tan perdidos!

Vigilad vuestra alma:

¡Estamos tan fríos!

Vigilad vuestra mirada:

¡La tenemos tan perdida!

Vigilad vuestras manos:

¡Las tenemos tan cerradas!

Alegraos por el que viene:

¡Es el Señor!

Alegraos por el cómo viene!

¡Humilde en Belen!

Alegraos por lo que trae:

¡Amor de Dios en silencio!

Alegraos, pues viene para vosotros

¡DIOS CON NOSOTROS!

¡VEN, SEÑOR, Y NO TARDES DEMASIADO!