Con lleno total celebramos y volvimos a vivir la Cena del Señor. Resonaban en nuestros oidos las palabras "amaos los unos a los otros" y "haced esto en conmemoración mía". Dimos gracias a Dios por la Eucarístia y por los demás Sacramentos, especialmente por el Orden Sacerdotal.Le pedimos fuerza para llevar a la vida todo lo que habíamos escuchado. Pero el momento culminante fue el rato de confidencia con el Señor en la "Hora Santa". Al igual que cristo se retiro al Huerto de los Olivos a rezar, nostros nos juntamo en tormo al sagrario, instalado en el Monumento, para rezar, dar gracias y escuchar en lo mas profundo del alma la Palabra de Dios. Vivimos una hora de Tabor, todos pensabamos !que bien se está aquí!. Están siendo momentos y días santos santamente vividos. Para esto nos habíamos preparado en la Cuaresma.