GRACIAS, SEÑOR
Sin saber cómo ni por qué,he dicho “no” a lo que me degrada.
Me prometieron ser más feliz lejos de tiy, veo, que son más desdichados
los que de ti apartaron. Me señalaron que, con pan, vino y dulce
no tendría necesidad de más sustento pero, con el tiempo, he aprendido
que, el dulce empalaga, el vino embriaga demasiado
y el pan se endurece sobre la mesa. Sólo Tú, Señor, conservas la frescura
eres algo siempre nuevo y, en tu Eucaristía, permanentemente tierno.
¿Cómo voy a dejarte, Señor? Ayúdame, Jesús, a combatir el buen combate
A defender mi fe y mi esperanza a no esconder mi rostro
cuando el enemigo me pregunte si yo tengo algo que ver contigo
GRACIAS, SEÑOR
Conocerte ha merecido la pena Servirte es mi lucha cada día
Y, no caer en la tentación de la debilidad, es mi oración a Ti confiada.
Guárdame y ayúdame, Señor, a salir victorioso de tantas dudas
que siembran en mí interior incertidumbre.
Amén